lunes, 17 de mayo de 2021

Desde el corazón

 He cogido mis cuadernos de Ejercicios porque últimamente me resulta recurrente el tema de la muerte, no como una posibilidad, sino en la forma de vivir. Como si hablar de muerte fuera hablar de vida. Pero para mi si lo es.

Quiero decir, para mi la muerte es algo que está ahí y que si pasa, pasó. No es que me quiera morir, pero hace años entendí que podía morirme tranquila porque había conocido el amor más grande que se puede conocer en este mundo. Es como si todo el sentido de mi vida se hubiera concentrado en ese momento y ya está. Después de eso, no hay nada mas.

De la fecha más reciente hasta la más lejana voy a poner aquí lo que me ha hecho pensar en la muerte y en la vida y en mis anhelos.

El otro día hablando de canciones me acordé de esta... que me llevó a un libro que me leí en 2019: Ignacio nunca solo de JM Olaizola.

"La clave está en amar. Vivir con una pasión que nos empuje a arriesgar, a emprender, a dar todo lo posible y a veces un poco más. No porque haya que hacerlo, no por una obligación impuesta que termina convirtiéndose en un arma arrojadiza contra uno mismo y contra otros.. Si no porque algo te quema dentro, y te dice que es posible. Porque la vida es para darla, y eso no tiene que ver con como morir, sino como vivirla. Buscando. Amando. Creciendo por dentro y construyendo por fuera. Dejándote envolver por un Dios distinto."

Y entonces... Paso a los ejercicios de Mayo de 2018. Allí reflexioné sobre la muerte. Se titula en mi cuaderno: Examen Oración Sobre la Muerte.

Dime, ¿Cómo vives? ¿Cómo quieres vivir? ¿morir?
Amando, siendo pan compartido, pan que se rompe, pan que se entrega. Amor para los demás, amor en las obras, amor en las palabras. Morir amando, abandonándonos, abandono en el Amor que nos espera, que es infinito, envolvente que nos sumerge en el Abrazo.
Amar cada día, todos los días. Amor por la vida. Amor por los demás. Amor en el sufrimiento, en el Dolor. Amor por encima de todo. Descanso, descanso en el amor.
Hay gente que muere con tanto amor, que da amor y se despide con tanto amor que su recuerdo queda en los corazones. ¿¡ Qué mayor huella que dejar a los demás que el Amor que desprendías?! Que te recuerden por el amor que habita en ti, que no te pertenece.
Amor es dejarse consolar.
Y tu, ¿Qué quieres? ¿Qué quieres ser?
Yo lo que quiero es Amor, AMOR con mayúsculas. Quiero Amor y quiero ser Amor para los demás. No quiero hacer las cosas por y con Amor, sino que quiero ser Amor en todas las cosas.
La muerte es la plenitud del Amor, es presencia eterna, es reencontrarnos con aquel que nos ha pensado. Del Padre venimos y al Padre volvemos.
Para mi la muerte es:
- Descanso en el Señor.
- Volver al Amor.
- Plenitud eterna.
Hacer de la muerte nuestra vida, convirtiéndola en nuestra salvación, dando muerte al pecado que nos aleja del Amor.

Y pasamos a mis ejercicios de enero de 2017.

¿Qué anhelas?
Amor verdadero, del que te toca la entraña. El amor físico no calma el alma, no sacia, sino que te da más sed.
Yo buscaba algo más que un simple amor físico. Algo que no podía darme. Tenía un anhelo más profundo. Y ese anhelo solo puede ser saciado por otro corazón. De corazón a corazón.
La vida es distinta cuando comprendes que hay enfrente un corazón tan sediento de amor como el tuyo, que sufre como el tuyo. Que puede ser igual de frágil y que tienes que tratarle con el mismo respeto porque estás en tierra sagrada.

Y para terminar uno de los mensajes que me encontré en mi cuaderno:
- Iciar, te estoy mirando de forma misericordiosa. ¿Seguro que quieres entregarme? No, ¿verdad? Mira como has venido a los ejercicios. A veces te escapas de mis brazos y no quieres que te consuele. Pero sigo con ellos abiertos.
Yo se que tu me quieres, aunque te enrosques y quieras quedarte lejos.
Iciar, mírame, tu solo mírame y sonríe.