"No te conozco.
No sé de ti más que lo
que intuyo,
que te llamas isla o
esperanza,
que me entiendes aunque
no me hayas tocado,
que el futuro está
temblando en nuestros labios.
No sé de ti más que lo
que intuyo,
un destino imaginario,
esa película dibujada
entre nosotros
por esta cabeza febril
que siempre se adelanta
a los eventos.
No estás aquí, no vives
cerca,
ni siquiera sé si
querrás tender un puente hacia mi boca
o si el café te gustará
solo o conmigo.
Pero te miro y veo todo:
mi vida proyectada en
unos cines,
tu mano en mi cuello
cuando escribo,
tu lengua provocando un
paisaje.
Y te imagino.
Te imagino sacándome,
por fin, del laberinto,
secándome la angustia de
otros cuerpos,
quitándome la voz al
desnudarte.
Te imagino viviendo en
mí,
dejándome escribir una
canción bajo tu falda,
cogiendo una taza con mi
mano,
llevando la manzana
hasta mis dientes.
En mi cabeza ya vas
haciéndome el amor en la cocina,
estás duchándote
conmigo,
vistiendo de domingo a
mis recuerdos.
Te imagino.
Buena y luminosa,
como esas personas donde
siempre sale el sol,
aunque llueva en sus
arterias,
curándole la herida a
este planeta,
llorando por los niños
que sufrieron,
lanzándole canciones a
mis manos.
Te imagino enfadada:
cuando falte a mi
palabra,
cuando no tenga respeto,
cuando hable mi egoísmo.
Y harás bien, me harás
bien.
Te imagino acodada en
una mesa
mientras me cuentas
qué es lo que nos pasó
el verano que viene,
dónde vas a besarme el
invierno pasado.
Te imagino tumbada,
abierta como un mapa,
dejando que atraviese la
frontera del pudor hacia tu carne,
clavándome con fuerza de
caricia,
pidiendo siempre un bis,
pidiendo todo.
Porque todo es lo mínimo
a entregar
cuando dos pieles que se
aman se encuentran destapadas.
Me imagino a mis manos
inventándose otro idioma
al borde de tu sexo,
tu boca bajando a por
agua a los bordes del mío,
tu risa y la mía
quitándose la ropa por el aire.
Mis demonios dormirán
cuando te toque,
tus fantasmas huirán a
mi llamada,
volcará la pena en su
carruaje.
Te imagino en ropa
interior,
rozando mi lengua,
activando la locura,
te imagino.
Me imagino diciéndotelo
todo:
que te miro y me nace un
libro nuevo,
que he dejado de
llamarme desencanto,
que en el lugar en donde
empiezan tus caricias
allí, termina mi pasado."
Marwan "Ya te estoy imaginando".